Los colores forman la esencia de nuestra percepción visual y juegan un papel crucial en todo tipo de comunicación visual. Desde el diseño gráfico hasta la fotografía, desde el desarrollo web hasta la impresión, dos modelos de color son fundamentales: RGB y CMYK.
RGB es un modelo de color aditivo que utiliza los colores primarios Rojo, Verde y Azul. El principio detrás de RGB se basa en la percepción humana de los colores. Cuando miramos la luz, nuestros ojos perciben los colores por la luz que se refleja en los objetos que nos rodean. En este modelo, cuando todos los colores se combinan en su máxima intensidad, se produce luz blanca. Cuando ninguno de los colores está presente, se ve negro. Este modelo se utiliza principalmente en aplicaciones basadas en luz como la televisión, las pantallas de ordenador, la fotografía y el vídeo.
A diferencia de RGB, CMYK es un modelo de color sustractivo que se utiliza en la impresión a color. CMYK representa Cian, Magenta, Amarillo y Negro (Key). Cuando el cian, el magenta y el amarillo se combinan a plena intensidad, absorben toda la luz y producen teóricamente negro. Sin embargo, debido a las impurezas de las tintas comerciales, la combinación de estos colores en realidad produce un color marrón oscuro, por eso se añade la 'K' (negro) para obtener un negro más profundo y puro.
La principal diferencia entre estos dos modelos de color es que RGB es aditivo (añadir luz da blanco) y CMYK es sustractivo (quitar luz da negro).
La conversión de un espacio de color a otro puede ser compleja porque los dos sistemas tienen diferentes gamas de colores. CMYK no puede producir todos los colores que RGB puede representar y viceversa. Por lo tanto, es crucial elegir el espacio de color correcto para cada proyecto específico para asegurar que los colores se representen correctamente.
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